lunes, 12 de marzo de 2007

COSAS QUE NO QUIERO

-Plantar un árbol.
-Escribir un libro.
-Tener un hijo.
-Ver futbol.
-Ir al médico.
-Hacer ejercicio.
-Dejar el alcohol.
-Aprender a bailar.
-Dejar el cigarrillo.
-Sufir un cambio extremo.
-Volver a la Universidad.
-Ir a un concierto de RBD.
-Tener un empleo de oficina.
-Salir con una presentadora de farándula.
-Volver al barrio "Cre'pito" en Cartagena.
-Ver la nueva temporada de Los "Simpsons".
-canalear y encontrar "Mi pobre Angelito" en cualquier versión.
-Tener un millón de amigos, cada día tendría 2739 amigos cumpliendo años. ¿Quien quiere eso?
- Llegar a una edad absurda, más de 90 años son 30 años de sobra. Y salen cada cierto tiempo esos pobres ancianos de más de un siglo de edad y que sólo la divina providencia mantiene con vida murmurando al oido del periodista en cuestión que su secreto es no beber y no fumar. Así cualquiera siente que ha vivido cien años.
-Seguir en este efecto jet, (o Jet Lag).
Por definición, es el desfase que experimenta un pasajero cuando viaja a otro país y es víctima del cambio de horario. Por ejemplo, puede viajar por la tarde y llegar a otro lugar donde sus habitantes apenas se despiertan del prolongado sueño nocturno. O puede sentir el pasajero tempranos deseos de desayunar luego de haber abordado el vuelo en horas de la madrugada, y encontrarse con la sorpresa de llegar a un país donde se encuentra con que todos acaban de almorzar. por extensión, este efecto se aplica también a la vida diaria, y es lo que a uno lo hace pensar: ¡Carajo, todo está contra mi!, ¡Dios me odia! ¡pero que suerte tan perra! Conozco varios casos: cuando le mencioné a un querido colega que al año siguiente de graduarme del colegio por fin aprobaron el uso de chaqueta adicional al uniforme (cosa que deseé todo el bachillerato),me contó él la historia de su colegio, el cual era de sólo hombres hasta 1994, año en el que mi colega se encontraba ya recién graduado y volteando en nombre de la patria, enterácuando se entero que su antiguo recinto estudiantil gozaba ahora de la frecuente presencia de féminas adolescentes en todos los grados del colegio (cosa que él deseó todo el bachillerato). También llega a mi memoria el hecho de que durante toda la carrera de diseño gráfico estuve cortando papelitos de colores, montándolos con cauchola en cartón paja y cubriéndolos con una hoja de papel calcante para preotección, para que al momento de graduarme todas las materias de la carrera se hagan en el computador. O el actual caso de los habituales desnudos de actrices colombianas en televisión, cine y revistas. Cuando era adolescente, las únicas piruchas colombianas que recuerdo haber visto (obviando a las modelos de Juan Sin Miedo) eran las de la Grisales, hasta la gloriosa época en que transmitieron en nuestras pantallas "Los pecados de Inés de Hinojosa". Casi que puedo ver al lector masculino sonriéndose solapadamante mientras recuerda a La Grisales disfrutando del siempre oportuno baño diario en el río junto al inocente y hasta entonces desconocido cuerpo desnudo de Margarita Rosa. y hasta ahí. Cual internét, cual cine colombiano con desnudo obligado, cual Soho. A penas "la serie rosa" y la repetían más que a Los Simpsons.
O Google, para lo de las tareas del colegio. Listo, ahora es útil, pero no dejo de pensar lo que me hubiese servido cuando estaba en el colegio. Gonzalo Jimenez de Quesada biografía buscar, y listo. Que sensación tan rara sentir que uno está desfasado con la raza humana.

Posdata: No soy un hombre creyente, soy más bien un agnóstico no practicante. Sin embargo, no pude dejar de notar en la taza del chocolate que con prontitud y deleite bebí esta mañana la extraña presencia de la piadosa imagen de Don Ramón que se formó en una mancha de susodicho líquido. Misterioso. ¿No?

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